martes, 5 de febrero de 2008

Decidí y Aprendí.

Y así, después de esperar tanto, un día como cualquier otro, decidí triunfar. Decidí no esperar las oportunidades, sino yo mismo buscarlas; decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis; decidí ver cada noche como un misterio a resolver; decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no era más que mis propias debilidades, y que en éstas estaba la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era el mejor y quizás nunca lo fui; me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás decidirme a subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamarle a alguien ``amigo``. Aprendí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento: ``el amor es una filosofía de vida``. Aprendí que debo dejar de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados. Aprendí que debo ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada me sirve ser luz si no voy a iluminar el camino de los demás. Aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde aquel día ya no duermo para descansar, ahora simplemente duermo para soñar…